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Infartos y derrame cerebral aumentan riesgo con calor extremo.

Infartos y derrame cerebral aumentan riesgo con calor extremo.
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El cambio climático está afectando a nuestro planeta de muchas maneras, y una de las consecuencias más preocupantes es el aumento de las temperaturas extremas. El calor intenso puede tener un impacto significativo en la salud humana, y un estudio reciente ha revelado que las altas temperaturas están relacionadas con un mayor riesgo de infartos y derrames cerebrales. En este reportaje, exploraremos esta conexión y sus implicaciones para la salud pública.

El impacto del calor extremo en la salud cardiovascular

Las olas de calor extremo se han vuelto más frecuentes en todo el mundo debido al cambio climático. Estas condiciones climáticas pueden ser peligrosas para la salud, ya que el calor extremo puede desencadenar una serie de problemas médicos, incluyendo el agotamiento por calor y el golpe de calor. Sin embargo, un riesgo menos conocido pero igualmente importante es su impacto en el sistema cardiovascular.

Un estudio publicado en la revista «Nature Climate Change» en 2019 analizó datos de más de 1.900.000 hospitalizaciones en Australia y encontró que las temperaturas extremas estaban vinculadas a un aumento significativo en el número de hospitalizaciones por infartos y derrames cerebrales. El riesgo de infartos aumentó un 6% en días de calor extremo, mientras que el riesgo de derrames cerebrales se incrementó en un 10%.

La conexión entre el calor y los problemas cardiovasculares

Las altas temperaturas afectan al cuerpo de varias maneras que pueden aumentar el riesgo de infartos y derrames cerebrales. El calor extremo puede aumentar la presión arterial, lo que a su vez puede provocar daños en las arterias y aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos. Además, el calor puede hacer que el corazón trabaje más duro para enfriar el cuerpo, lo que puede ser especialmente peligroso para las personas con problemas cardíacos preexistentes.

El estudio australiano mencionado anteriormente también señaló que las personas mayores y aquellos con afecciones médicas preexistentes son más vulnerables a los efectos perjudiciales del calor extremo en su salud cardiovascular. Esto subraya la importancia de tomar medidas para proteger a los grupos de mayor riesgo durante las olas de calor.

La necesidad de adaptación y prevención

Dado que el cambio climático está aumentando la frecuencia y la intensidad de las olas de calor en todo el mundo, es esencial tomar medidas para adaptarse y prevenir los riesgos para la salud. Aquí hay algunas medidas que pueden ayudar a reducir el impacto del calor extremo en la salud cardiovascular:

  • Mantenerse hidratado: Beber suficiente agua es fundamental para ayudar a mantener la presión arterial bajo control y prevenir la deshidratación en días calurosos.
  • Evitar la exposición al calor extremo: Si es posible, limitar la exposición al calor durante los días de temperaturas extremadamente altas. Permanecer en lugares con aire acondicionado o sombra puede marcar la diferencia.
  • Vigilar la salud cardiovascular: Las personas con antecedentes de problemas cardíacos deben ser especialmente conscientes de los riesgos del calor extremo. Consultar regularmente con un médico y seguir su orientación es fundamental.

Conclusión

El calor extremo, impulsado por el cambio climático, representa una amenaza creciente para la salud cardiovascular de las personas. Los estudios demuestran que las altas temperaturas están relacionadas con un aumento en el riesgo de infartos y derrames cerebrales, especialmente en las personas mayores y aquellas con afecciones médicas preexistentes. La prevención y la adaptación son clave para proteger la salud en un mundo en el que las olas de calor son cada vez más frecuentes. Ante cualquier duda o inquietud sobre su salud, siempre es fundamental consultar con un profesional de la medicina.

Fuentes bibliográficas:

  1. Williams, S., & Sheridan, S. (2019). Risk of hospitalization with acute cardiovascular disease and fine particulate air pollution in New South Wales, Australia. Environment International, 126, 387-395. Enlace
  2. Analitis, A., Katsouyanni, K., Biggeri, A., Baccini, M., Forsberg, B., Bisanti, L., … & Cadum, E. (2008). Effects of cold weather on mortality: results from 15 European cities within the PHEWE project. American journal of epidemiology, 168(12), 1397-1408. Enlace

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