La infección molar es más que un simple dolor de muelas; puede tener consecuencias graves si no se trata adecuadamente. Una de las complicaciones más temidas es la inflamación facial, que puede representar un riesgo para la salud si no se aborda a tiempo. La inflamación, además de ser dolorosa, puede extenderse rápidamente a otras áreas de la cara, incluidos los ojos y la garganta, lo que dificulta la respiración y puede causar complicaciones aún más severas.
Cuando una infección molar no se trata, las bacterias pueden propagarse a los tejidos circundantes, provocando una respuesta inflamatoria en el cuerpo. Esto resulta en la hinchazón característica que puede ser visible en la mejilla, la mandíbula e incluso el cuello. Además del malestar físico, la inflamación puede interferir con las actividades diarias y afectar la calidad de vida del paciente.
Es crucial buscar tratamiento médico tan pronto como se detecten los síntomas de una infección molar para evitar que la situación empeore. Los tratamientos pueden incluir antibióticos para combatir la infección, analgésicos para aliviar el dolor y, en algunos casos, procedimientos dentales como la extracción del diente afectado. Sin embargo, incluso después de recibir tratamiento, la inflamación puede persistir durante varios días, por lo que es importante seguir las indicaciones del médico y mantener una buena higiene oral para prevenir futuras infecciones.
Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta profesional, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico de confianza.
Fuentes Bibliográficas: