La siguiente información de la American Academy of Pediatrics (AAP) menciona
algunas de las enfermedades infantiles más comunes y los tratamientos que han sido
aprobados. Los tratamientos que se mencionan aquí son basados en evidencia
científica y en las mejores prácticas. Sin embargo, su pediatra puede tener razones
para ofrecerle diferentes recomendaciones, especialmente si su hijo tiene una afección
médica o sufre de una alergia. Su pediatra hablará con usted sobre cualquier variación
en el tratamiento. Si tiene alguna pregunta sobre cuál es la atención más apropiada
para su hijo, hable con su pediatra al respecto.
- Dolor de garganta
Los dolores de garganta son comunes en los niños y pueden ser dolorosos. Sin
embargo, un dolor de garganta provocado por un virus no necesita antibióticos. En
esos casos, no se necesita ningún medicamento específico y su hijo se sentirá mejor en
siete a diez días. En otros casos, un dolor de garganta podría ser causado por una
infección estreptocócica (faringitis).
La faringitis no se puede diagnosticar con precisión simplemente con observar la
garganta. Se necesita un examen de laboratorio o una prueba estreptocócica rápida en
el consultorio, que incluya un hisopado rápido de la garganta, para confirmar el
diagnóstico de faringitis. Si el resultado de la prueba de faringitis es positivo, el
pediatra recetará un antibiótico. Es muy importante que su hijo tome el antibiótico
durante todo el tratamiento, según las indicaciones, incluso si los síntomas mejoran o
desaparecen. Los medicamentos esteroides (como la prednisona) no son un
tratamiento apropiado en la mayoría de los casos de dolor de garganta.
Los bebés y los niños pequeños rara vez tienen faringitis, pero son más propensos a las
infecciones provocadas por la bacteria estreptococo si van a una guardería o si un
hermano mayor tiene la enfermedad. Si bien la faringitis se contagia principalmente
por la tos y los estornudos, su hijo también puede contagiarse al tocar un juguete con
el que jugó un niño infectado.
- Dolor de oído
El dolor de oído es común en los niños y puede tener muchas causas; entre otras,
infección del oído (otitis media), oído de nadador (infección de la piel en el canal
auditivo), presión debido a un resfriado o una infección sinusal, dolor en los dientes
que se irradia por la mandíbula hasta el oído, etc. Para diferenciarlas, el pediatra
tendrá que examinar el oído de su hijo. De hecho, un examen en el consultorio sigue
siendo la mejor manera de que su pediatra haga un diagnóstico preciso. Si el dolor de
oído de su hijo está acompañado de fiebre alta, afecta ambos oídos, o si su hijo tiene
otros síntomas de enfermedad, el pediatra puede decidir que un antibiótico es el
mejor tratamiento.
La amoxicilina es el antibiótico preferido para las infecciones del oído medio, excepto
en casos de alergia a la penicilina o en infecciones crónicas o recurrentes.
Muchas infecciones verdaderas del oído son causadas por virus y no necesitan
antibióticos. Si su pediatra sospecha que la infección del oído de su hijo puede ser
causada por un virus, hablará con usted sobre las mejores formas de aliviar el dolor de
oído del niño hasta que el virus desaparezca.
- Infección de las vías urinarias
Las infecciones de la vejiga, también llamadas infecciones de las vías urinarias, IVU se
producen cuando se acumulan bacterias en las vías urinarias. Las IVU se pueden
presentar en niños desde la infancia hasta la adolescencia y en la edad adulta. Los
síntomas de una infección de las vías urinarias son, entre otros, dolor o ardor al orinar,
la necesidad de orinar con frecuencia o urgencia, enuresis (mojar la cama) o accidentes
en niños que ya dejaron los pañales, dolor abdominal o dolor en el costado o la
espalda.
El médico de su hijo necesitará una muestra de orina para hacer una prueba de
detección de infección de las vías urinarias antes de determinar un tratamiento. Su
médico puede adaptar el tratamiento de acuerdo con la bacteria que se encuentre en
la orina de su hijo.
- Infección de la piel
En la mayoría de los niños con infecciones de la piel, es posible que se necesite una
prueba cutánea (cultivo o hisopado) para determinar el tratamiento más apropiado.
Comuníquele a su médico si su hijo tiene antecedentes de Staphylococcus aureus
resistente a la meticilina (MRSA), una infección por estafilococos u otras bacterias
resistentes, o si estuvo expuesto a otros familiares o personas con bacterias
resistentes. - Bronquitis
La bronquitis crónica es una infección de las vías respiratorias centrales más grandes
en los pulmones y se observa con más frecuencia en los adultos. La palabra
«bronquitis» se suele utilizar para describir un virus del pecho que no necesita
antibióticos.
- Bronquiolitis
La bronquiolitis es común en bebés y niños pequeños durante la temporada de
resfriados y gripe (influenza). El médico puede oír «sibilancias» cuando su hijo respira.
La bronquiolitis suele ser provocada por un virus que no necesita antibióticos. En su
lugar, la mayoría de las recomendaciones para su tratamiento se centran en que su
hijo se sienta cómodo con un control estricto para detectar cualquier dificultad para
respirar y comer o signos de deshidratación. Los medicamentos utilizados para
pacientes con asma (como el albuterol o los esteroides) no son recomendables para la
mayoría de los bebés y los niños pequeños con bronquiolitis. Los niños prematuros o
con problemas de salud subyacentes podrían necesitar tratamientos diferentes.
- Dolor
Los mejores medicamentos para aliviar el dolor de los niños son acetaminofén o
ibuprofeno. Hable con su pediatra para determinar la dosis que debe darle a su hijo, ya
que esta se debe basar en el peso del niño.
Los analgésicos narcóticos no son apropiados para niños con lesiones comunes o
dolencias como un esguince de tobillo, dolor de oído o dolor de garganta. Nunca se le
debe dar codeína a los niños ya que este fármaco se ha asociado con problemas
respiratorios graves e incluso la muerte en niños.
- Resfriado común
Los resfriados son causados por virus en las vías respiratorias superiores. Muchos niños
pequeños, especialmente aquellos que van a la guardería, pueden tener de 6 a 8
resfriados al año. Los síntomas de un resfriado (como goteo nasal, congestión y tos)
pueden durar hasta diez días.
La mucosidad verde en la nariz no significa automáticamente que se necesiten
antibióticos; los antibióticos no son necesarios para tratar el resfriado común. Sin
embargo, si se sospecha la existencia de una infección sinusal, su médico decidirá con
cuidado si los antibióticos son una buena opción de acuerdo con los síntomas de su
hijo y el resultado de un examen físico. - Sinusitis bacteriana
La sinusitis bacteriana es causada por bacterias atrapadas en los senos nasales. Se
sospecha la existencia de una sinusitis cuando los síntomas de resfriado, como
secreción nasal, tos diurna o ambos, duran más de diez días sin mejoría.
Quizá sean necesarios los antibióticos si esta afección también presenta secreción
nasal espesa y amarilla y fiebre durante al menos 3 o 4 días seguidos.
- Tos
La tos generalmente es causada por virus y los antibióticos no suelen ser necesarios.
Los medicamentos para la tos no son recomendables para niños de 4 años y menores
ni para niños de 4 a 6 años, a menos que lo indique su médico. Los estudios han
demostrado sistemáticamente que los medicamentos para la tos no funcionan en el
grupo de edad de 4 años y menores, y pueden provocar efectos secundarios graves.
No se deben administrar a los niños medicamentos para la tos con narcóticos como la
codeína.
Si los síntomas cambian:
Ocasionalmente, las infecciones leves, tanto virales como bacterianas, pueden
convertirse en infecciones más graves.
Llame al pediatra si la enfermedad de su hijo parece cambiar, empeora, no desaparece
después de unos días o si está preocupado debido a otro síntoma nuevo que aparezca.
Si la enfermedad de su hijo empeora o tiene complicaciones, su pediatra puede
recomendar un tratamiento nuevo.
Fuente American Academy of Pediatrics
Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no
sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá
tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier
duda deberá consultar siempre con su médico tratante.